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lunes, 10 de agosto de 2015

CARACOLAS




INGREDIENTES

     - 1 Plancha de masa fresca con levadura o de hojaldre. 

     - 1 Frasco de mermelada de fresa.
     - 200 grs. de queso blanco para untar (tipo Filadelfia).
     - Fruta confitada de varios colores.
     - Canela en polvo. 


ELABORACION



Extendemos la plancha de hojaldre o masa fresca, sobre el mismo papel de hornear en el que viene presentada. Si amasamos nosotros/as el hojaldre, extenderemos con el rodillo sobre un papel de hornear hasta conseguir una pieza rectangular de ½ cm. de grosor.





Cortamos cuadraditos de fruta confitada de varios colores. Los cuadraditos tienen que ser muy pequeños y todos iguales, teniendo en cuenta que queremos una variedad de colores para que quede vistoso, y que vamos a poner unos 7 u 8 por cada caracola. Lo tenemos preparado en un plato.

 


Cuando tengamos preparada la plancha de masa, extendemos por toda la base el queso fresco, sin presionar, dejando toda la masa bien untada y por igual.
Encima del queso extendemos la mermelada de fresa, procurando también que quede todo por igual. La mía tenía trocitos de fresa y me resultó más difícil extenderla; a veces pasan estas cosas, pero hay que procurar trabajar siempre aprovechando productos que tenemos en casa… al menos uno o dos productos que no tengamos que comprar.

 
Ayudados con el papel de hornear, comenzamos a enrollar por la parte más larga de la masa, hasta conseguir como un pionono delgadito.

Encima de una chapa de horno ponemos un papel limpio de hornear y encendemos el horno a precalentar a 180º. El horno se precalienta mientras cortamos las caracolas.

 



Ahora cortaremos rollitos de unos 2 cm. de grosor, y vamos colocando en la bandeja, dejando una separación entre ellos de al menos 1 cm. Después ponemos por encima los trocitos de fruta que teníamos ya cortado, presionando un poco para que queden sujetos.
 
Ponemos en el horno a 180º durante unos 15 a 20 minutos, dependiendo de la masa y del precalentado del horno. A partir de 10 minutos vigilaremos siempre, sobre todo la primera vez que hacemos esta receta, hasta conseguir que tengan un color dorado. Si vemos que se está dorando muy deprisa, podemos pintar por encima con la brocha de silicona y un poco de agua (yo no las pinto con huevo, solo con agua).
Se pueden tener preparadas en el frigorífico y tapadas con papel transparente. Y si viene alguien de visita, mientras hacemos el café podemos hornearlas. Estas caracolas pequeñas, de unos 4 cm. de diámetro, son ideales para un desayuno o una merienda. 


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